domingo, 22 de mayo de 2011

El cambio de casa del Restaurante “Fulano, Zutano & Mengano”

Ayer 21 de mayo en la noche, decidimos mi acompañante y yo ir al teatro en el sector de Bellavista. Salimos de casa tipo 20.00 horas rumbo a la compra de entradas, pero como llegamos temprano tuvimos tiempo y fuimos al Patio Bellavista a tomar una copa antes de entrar a la función. Todo estaba cerca, así que emprendimos marcha a ver el cambio de casa de “Fulano, Zutano & Mengano”. Nos sentamos en la barra y pedimos dos botellines de champaña Valdivieso, nos llegaron a la brevedad, pero un gran error de parte del gentil barman que nunca nos dijo que la champaña no estaba fría (y no sabe los mismo fría o caliente), un mal partir, pero ya estábamos con el tiempo en contra así que pedimos la cuenta y nos fuimos al teatro.

Saliendo del teatro nos encaminamos nuevamente al este restaurante con la idea de “picar” algo, nuevamente nos sentamos en la barra y el gentil barman, nos atendió nuevamente. Esta vez pedimos consomé de ave, estaba muy sabroso tal como lo preparaba las abuelitas de antaño, además lo pedía a gritos con el frío que hacía a esa hora. Luego nos llegó una tabla para compartir, llamada Cromagnon para dos, se componía de tres pocillos de greda cerdo, pollo y vacuno, los tres simples, sabrosos y justo en sabores. Acompañado de esta preparación venían unas papas chip con cebolla caramelizadas, muy rica. Un punto en contra a esta experiencia  fue que nunca llegó el pan, solo tostadas que no estaban calientes.

Pedimos para terminar un crême brulée para compartir, estaba sabroso aun cuando le haya faltado un poco de temperatura, pero lo peor fue el expresso a que otra vez caemos en lo mismo estaba frio. Un desperdicio ya que era ILLY, tan buen café y teniendo barrista que enseñan el arte del café , faltó supervisión en el servicio del café. A esto último solo puedo decir que no es la no es primera vez que me encuentro con café mal servido y debemos decir que un buen servicio del café es sinónimo de un buen final, de una rica cena.

Debó destacar del lugar la presencia de un helado de harina tostada, que nos llevaron en forma de gentileza. Hecho en casa y especial para las personas que tiene problemas con el azúcar,  porque este helado era parte de una surtida línea de postres con surculosa.

Finalmente, este es un lugar al que se debe ir más de una vez, es imperdonable no hacerlo. Yo ya había ido al del centro en su lugar original, y siempre me ha gustado este restaurante, creo que el cambio de casa ampliará su público y al situarse al interior de Patio de Bellavista cuenta con estacionamiento propio lo cual es muy importante a la hora de elegir un panorama gastronómico.

Dedo destacar el arquitecto que diseñó del lugar, el Sr.  Claudio Elfenbein, el cual diseña espacios de líneas sencillas, suaves y elegantes, pero cada uno con su sello particular, destacando de esta forma los referentes Olivalimón y  Cívico. Sobresalen  por otra parte los restaurantes  Astrid y Gastón, La Mar y Trantra, sólo que estos tres deben seguir el línea constructivas y gastronómica de su casa matriz en Perú, porque cuando se conoce los restaurantes en Lima te das cuenta que son similares a s los de Madrid, Ciudad de México y Buenos Aires.  

Como lo leyeron todo bien hasta aquí, recomendable a mi parecer, lo único malo fue el frio que entraba por la puerta principal, donde nosotros estamos sentados.

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